lunes, 31 de diciembre de 2012

Gigantes y Diminutos

Nada mejor que una mañana de lluvia para ponerse a escuchar. Quizás un poco de perfume a humedad de la tierra, a riachuelo que desemboca entre juncos y matorrales, a rastrojos chamuscados, a pulpo hirviendo en calderos de cobre brillantes, igual que un tesoro verdadero; atrapando los sentidos sólo por un rato.

Paseo y reconozco este pueblo un poco más viejo pero fiel, y eso me hace sonreir. Hay algo digno en sentirse confiado, en que los días se repitan tal y como esperamos, aunque, por dentro, el deseo de romper la monotonía sea tan fuerte como el mar abroncando el litoral pedregoso.

-No debe ser tan fiero-pensé-cuando sobreviven las cáscaras de los berberechos...

-Es una cuestión relativa-contestaron a mis pensamientos-un hombre no se salva de un temporal...

Mirando las nubes me pregunto si seremos los más pequeños de entre todos los gigantes del universo, esos a los que todavía nadie ha aplastado, descuidadamente, en mitad del camino.



jueves, 20 de diciembre de 2012

Escribe esto, escribe... Si puedes

Era aquello de "una imagen vale más que mil palabras" que algunos no se creyeron porque, como bien dice otro refrán, "todo es del color del cristal con que se mira"...

Animes y más animes, especializados en desencadenar determinadas emociones en un público concreto, artistas de la efectividad visual, de los impulsos inducidos, de la sensación de inestabilidad, del vuelo mental, de lo grotesco, de lo salvaje, del onirismo y la exhibición freudiana...

Dijeron, ¿narrar un manga? Hay cosas que no se pueden contar con palabras porque, sencillamente, no existen palabras para explicar tales las cosas...

A ver qué haces con esto, a ver si te atreves -me desafiaron-. Me corto la lengua si logras la mitad de adrenalina que consiguen estos escasos 4 minutos...

No voy a pedirle la lengua, pero espero conseguir un nuevo portátil...



sábado, 15 de diciembre de 2012

Misiones imposibles del ama de casa común



Me di cuenta de que no tenía suficiente arroz.

Miré la vitrocerámica; la válvula de la olla express estaba a punto de empezar a zumbar con el guiso de carne dentro. El reloj marcaba las dos menos veinte.

Tenía dos opciones: Apagar la olla, salir a comprar, reanudar todo el proceso a la vuelta y empezar a comer a las tres de la tarde o ponerme calzado adecuado y arriesgarme a una contrarreloj hasta el supermercado de quince minutos exactos.

Respiré hondo y, cómo no, me decidí por lo segundo.

Bajé las escaleras a toda velocidad. En el rellano me encontré con la vecina y simulé una emergencia familiar para saltarla por encima literalmente. Salí del portal y crucé la calle hasta la avenida principal. Seguí corriendo. Llegué al supermercado. Había empleado más de seis minutos en llegar así que, teniendo en cuenta que el regreso era cuesta arriba, tenía que invertir menos de dos minutos en comprar el arroz. Había una cola terrible en la caja así que grité que necesitaba salir con urgencia. La gente me miró como si estuviese loca pero una de las cajeras, familiarizada con mi habitual descontrol doméstico, se apiadó de mí y me cobró enseguida. Lamentablemente no tenía cambio por lo que tuve que esperar la llegada de su compañera, quien tardó 25 segundos exactos en llegar a la caja. Recogí las monedas y regresé a la carrera sabiendo que sólo disponía de cinco minutos para recorrer casi tres kilómetros en pendiente... Imposible.


Algo en mi interior me decía que podía lograrlo. No sé qué era, ni de dónde venía, pero lo escuchaba con nitidez dentro de mi cabeza. De repente sentí que era capaz de terminarlo, que no estaba todo perdido y que, aunque la olla no fuese una bomba con cronómetro, yo, CMV, sí podía desconectarla a tiempo.

Cuando cerré la puerta de casa el reloj marcaba las dos menos tres minutos. Apagué el fuego de un salto y me derrumbé sobre una silla de la cocina... Había batido mi propio record. Una sensación de vitalidad inexplicable me invadió por todo el cuerpo y lloré, de alegría y de rabia contenida.

Me había dejado el arroz al lado de la caja registradora.





jueves, 13 de diciembre de 2012

Estaba yo

Mirando el techo sin darme cuenta... 20 minutos de mi vida gastados en un muro blanco.
Atascada en una frase. Y el caso es que, suena tan bien...
¿Será verdad esa gilipollez del miedo a hacer las cosas bien?
Mil interrupciones y mil distancias, cada vez más decepcionantes. Hace mucho me preguntaba si la fantasía se alimentaba de la realidad; bien, la respuesta es sí. Si no vives no eres capaz de imaginar ni desarrollar. Así que nuestra potencia creativa depende del entorno...
Oh, qué triste me siento. Me gusta pensar que ignoro el porqué.

Si no vives te vuelves una estrella enana. Aunque las enanas, con toda esa densidad oscura, me parecen tan románticas... ¿Estarán muertas porque no brillan, o no brillan porque se han muerto?

Quiero una estrella enana para Navidad... La quiero, la quiero, la quiero.



Quiero la capacidad de imaginar una Civilización Tipo 3 (*), quiero saber qué esconde la energía oscura, quiero un viaje al mundo de las respuestas, quiero que buda sea mi amigo, quiero la voluntad de Schopenhauer, quiero que Wittgenstein se invente una palabra que valga más que su significado y me la susurre al oido...
Contarle un chiste a Einstein y que se ria.



(*)Edito para mencionar la Escala Kardashev, un regalo para cualquier escritor medianamente sensible.


domingo, 9 de diciembre de 2012

Amor adolescente

Estoy haciendo un poco de memoria... Mi protagonista todavía es menor de edad y ha empezado a enfrentarse a sensaciones desconocidas sin referentes, lo que me lleva a forzar un poco de pureza de sentimientos, a la hormona en crudo, al retrato de la inseguridad...
¿Soy capaz, o no soy capaz? ¿Puedo, no puedo? ¿Qué (mierda) es esto que me está pasando?

Buscando y buscando, no sé si me encuentro a mí misma o el recuerdo de lo que me hubiese gustado ser... En cualquier caso...
La que escribe ahora el cuento, soy yo...


domingo, 25 de noviembre de 2012

Lenguaje universal

No importa que no entiendas japonés. En serio... No importa.
Escribí una escena complicada escuchando esta canción y necesito celebrarlo...


lunes, 29 de octubre de 2012

Meucci Agency

Especialmente agradecida a mis cuatro primeros lectores por el entusiasmo y los ánimos...
Pablo, el corrector indomable, María J, la perspectiva general, Javier M, el análisis del personaje, y Sergio, la contundencia en una frase.

http://meucciagency.com/index.php?id=379






sábado, 27 de octubre de 2012

Bloqueo

Escuchar este tema me ha sacado de un hoyo creativo bastante oscuro, así que voy a colgarlo.
Resulta que escribir en primera persona también tiene sus tinieblas. Requiere de condiciones especiales entre las que se halla el des-control de los sentidos, la duplicidad de la personalidad y el desequilibrio emocional voluntario. Contraes deudas enormes con el argumento que pueden costarte el sueño. El precio anímico es grande y las limitaciones de perspectiva están ahí, como una losa, amenazando la credibilidad de la historia. El personaje tiene que estar vivo en cada línea, en cada frase. Tiene que pegar bofetadas al lector, de vez en cuando, entremezcladas con besos y caricias. Tienes que quererlo para que lo quieran.
Adentrarse en el alma de un personaje torturado para poder crearlo no es barato ni seguro. No puedes curarte antes de empezar, no puedes prevenirte contra los males que te caerán encima... Sólo tienes que obedecer ciegamente y dejar que te gane siempre.

Porque cuanto más pagas, más hermoso es el resultado.





jueves, 25 de octubre de 2012

XXI

"Promesas... Y todavía me siento tan perdid@ en mi mism@"

Un poco de dubstep, cierras los ojos y se puede viajar al futuro.
Últimamente, entre Skrillex y Enrico Caruso anda el juego. Todo lo que ocurrió en medio me sabe a poco...
¿Quién dijo radical?





jueves, 18 de octubre de 2012

Italia, Frankfurt y el horno de una novela

Es gris pero me hace sonreír... Como esa expresión después de comerse un helado, después de terminar de leer un libro. O esa otra cuando contemplas el final del mar, allá a lo lejos, lleno de bruma y preguntas espesas sobre el infinito...
¿Se puede elegir ser feliz?
Caminando por encima del asfalto mirándome los pies, para no mirar a nadie más. Mi cabeza no responde nunca pero mis piernas conocen la dirección. No hay ruidos, no hay tiempo. Esa especie de calma que contienen las pausas que elegimos. No hay manera de que salga el sol pero yo puedo verlo hoy claramente, brillando a mi alrededor.

Una bóveda sin cimientos, un esguince mental, un desierto mojado, un beso pegado a la espalda. Rozar con los dedos al hombre invisible... Justamente eso es. Girar sin parar. Volver a bailar con los ojos cerrados.

Esta es la primera vez que no me preocupa, como siempre, la llegada de la Navidad.






lunes, 15 de octubre de 2012

Yo también lo juro

"En aquella época no me atrevía a pensar sino en los «hechos». Para penetrar bajo los hechos, tendría que haber sido un artista y no se llega a ser artista de la noche a la mañana. Primero tienes que verte aplastado, ver destruidos tus puntos de vista contradictorios. Tienes que verte borrado del mapa como ser humano para renacer como individuo. Tienes que verte carbonizado y mineralizado para elevarte a partir del último común denominador del yo. Tienes que superar la compasión para sentir desde las raíces mismas de tu ser. No puedes hacer un nuevo Cielo y una nueva Tierra con «hechos». No hay «hechos»: sólo existe el hecho de que el hombre, cualquier hombre, en cualquier parte del mundo, va camino de la ordenación."

Henry Miller en "Trópico de Capricornio"

miércoles, 10 de octubre de 2012

Pero que... ¡Demonios!

Ahí va otro comercial de la agencia de Duval Guillaume, unos expertos en dejar a la gente con la boca abierta.
Lo del mentalista que adivina cosas es bueno, pero el final, aunque obvio, es aún mejor...

domingo, 30 de septiembre de 2012

Un huracán...

Y cuando Colón vio por fin aparecer la ansiada playa en la lejanía, se percató, al volverse, que el barco en el que llegaba estaba vacío.
La tripulación se había tirado por la borda hacía mucho tiempo.

En aquel momento supo que siempre se sentiría solo... Así fue como descubrió que estaba maldito.







viernes, 28 de septiembre de 2012

3:07 adicción


lunes, 10 de septiembre de 2012

Equipos, ritmos y máquinas que encajan

Resulta que, desde hace dos meses escasos, estoy inmersa en el fascinante mundo de la física teórica, la ingeniería robótica y la tecnología cuántica... ¿No sabéis lo que es un qubit?
¿Y cómo demonios puede vivir alguien sin saber eso?

Si miro hacia atrás reconozco que el proceso recorrido hasta aquí es de lo más variado (o ecléctico, que diría un escritor culto); del anime al suicidio de Yukio Mishima, del kendo al koseki, del koseki al transistor de silicio, del transistor a la ley de Moore y, desde ahí, me he perdido en un mar de sueños de nanotubos de carbono hasta perseguir el rostro del señor Michio Kaku por youtube, como una polilla ansiando beberse el filamento de la bombilla...

"Yo sólo preguntaba", me excusé, con gesto de ignorante. Y esperé. Siempre hay alguien que después se apiada y te alimenta.



miércoles, 1 de agosto de 2012

Míos

Esta mañana sonó el despertador. Palpé varias veces para apagarlo contra el suelo. Me puse las deportivas sin abrir los ojos. Me recogí el pelo, gafas de sol y auriculares. Salí a la calle con la bolsa de reciclar plásticos.
Empecé corriendo aunque nunca lo hago. Estaba nublado. Nadie a mi alrededor. Bajé deprisa hasta el paseo del puerto. Las mariscadoras trazaban una línea irregular sobre la playa desnuda de agua y repleta de conchas vendidas a su suerte. Huele a salitre y humedad. Sigo corriendo. La música ocupa mis oídos y no me deja distraerme con nada. Entonces aparecen ellos, de repente. Hace mucho que están conmigo. Actualmente ya son capaces de hablar solos, sin mi ayuda, y mantienen conversaciones realmente interesantes... Se desean, se pelean, se asesinan, se traicionan. "Uno" ha empezado a adoptar una mueca cuando se enfada que nunca había visto antes. "Otro" me parece que está más delgado, pero no ha perdido fuerza. "Ella" es oscura, cada vez más, tanto que aún no me ha enseñado la cara. Y "aquella"... Aquella es la bestia, el monstruo, la aberración con caderas.

Y todos respiran juntos en mi cabeza.

45 minutos sin darme cuenta que la misma canción sonaba una y otra vez, en un ciclo de repetición. No podía parar. Por culpa de que están plenamente definidos, vivos por fin; se mueven, son independientes, se manejan en los lugares dispuestos, me hacen preguntas increíbles... Y no he escrito una palabra sobre ellos. Aún no.

Mientras no los escriba, son míos... Y solamente míos.


jueves, 12 de julio de 2012

Me gusta

Oir esto por la noche.
Aunque en realidad me gustaría que sonase desde el cielo, como si fuese a aplastarnos...



martes, 3 de julio de 2012

Tokio

Cuando comprendes puedes empezar a ser feliz...


viernes, 15 de junio de 2012

Acercándome

Ahora es como si el tiempo se estuviese despidiendo de mí... No habrá más pensamientos libres, no quedará más sitio para planes en mi cabeza. El eterno retorno a lo que nos gusta, a lo que preferimos por encima de todo es lo que nos convierte en únicos.

Hoy va a ser un buen día. Aunque todo haya salido fatal. Un mal examen de matemáticas. Cambiar las bujías del coche. Lluvia desde muy temprano. Planchar camisas. Mi estómago no para de molestar. El mundo se derrumba por cientos de escaleras de macarrones...



Pero va a ser un buen día. Porque nos hemos reído.
Y ya ni nos acordábamos.
Un paso más, un poco más. Intuyo quiénes son, quiénes serán... Pero me aterra y me emociona imaginar en quiénes podrían convertirse. Nombres, comienzos, estilos, esbozos de palabras. Líneas estúpidas que no significan nada, o sí.

Creo que saldré a caminar. Los horizontes ayudan al sueño...



miércoles, 30 de mayo de 2012

Kelun...

Voy a celebrarlo... ¿No llegan a las 1000 reproducciones? ¿Qué pasa con el mundo, es que se ha muerto?
Son tremendos...

sábado, 26 de mayo de 2012

Detrás del esternón

Hay un pedazo de nosotros que cruje cuando sentimos angustia, se esconde cuando se asusta, se queja cuando no le dejamos respirar y tiende a llorar en las noches solitarias...
Enjaulado entre barrotes desde que nació para que no se le ocurran ideas peligrosas, para que aprenda a sujetarse en los acelerones, en las caídas, en las tormentas y en las despedidas...
Prisionero porque es más eficaz trabajar sin puertas a las que mirar, porque es más fácil no salir nunca de la cuna...


Me duele últimamente, como si el muy maldito quisiera abandonarme. Se queja, se estira, no me deja sentarme, quiere que salga corriendo... ¿Cómo es posible?

Me pregunto si habrá aprendido a leer...


112 de 137.


miércoles, 16 de mayo de 2012

página 33

Estoy agotada.
No hago más que poner puntos suspensivos... ¿Lo veis? Aaaaaaaggggggh.
El punto y coma me cae gordísimo, donde esté una buena frase con tres o cuatro comas que se quite un punto y coma... ¿No parece un poco pretencioso? Es algo así como; verás... Ya lo he dicho.
Los dos puntos ni siquiera los utilizo. Creo que se me olvidaron.
Y los puntos... Mierda. Venga puntos y más puntos. ¿Y si las oraciones no tienen nada que ver, y si la protagonista está como una cabra y baila de tema en tema....? Aaaaaaaagggggh....

Tercer borrador. Esto va a salir, sí o sí. Digo... Esto va a salir; sí o sí. Ahora. Vaya tela.... Aaaaaaaagggggh.......

Besos si has llegado hasta aquí: )





viernes, 11 de mayo de 2012

¿Cómo...

... busca un hombre a la mujer que quiere, si sabe que no debe encontrarla?

¿Qué le pasa por la cabeza, cuál es la fórmula para rendirse sin intentarlo?

¿Qué siente? ¿Vergüenza, desánimo, rabia... Es eso cierto?

¿O sólo la impotencia de saber que la suerte está echada, la tristeza de aceptar... Que no hay nada que hacer?

¿Se llega a esa conclusión alguna vez en la vida?

Cambiando de melodía me he dado cuenta que él se muestra diferente con todas y, aún así, no soy capaz de expresar bien su sufrimiento... No se puede hacer, no se puede sin sentirlo.

Él está lejos, sigue buscando por la inmensa casa y sólo sabe que debe dejarla.

Por lo menos, hasta el anochecer...



(tercer borrador, páginas 121-123)




jueves, 10 de mayo de 2012

estadísticas

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200 KB
01-08-2007
MdM

Y sigo perdiendo perspectiva...
Si yo no duermo, tú tampoco lo harás.

De vuelta a la Página 1.


lunes, 7 de mayo de 2012

El elefante

- Imagínate que empiezas a construir un elefante - Le expliqué - De tamaño real, con piezas tan pequeñas como palillos... Cada día añades unas cuantas. Es un trabajo laborioso que requiere mucha precisión, mucho esfuerzo y mucha concentración. Sin darte cuenta, transcurren cinco años de tu vida...

Me miraba con extrañeza. Aún no entendía.

- Imagínate que el elefante que estás construyendo se encuentra en una habitación donde sólo tú puedes entrar; nadie más puede. Por lo tanto, eres el único que puede avanzar o destruir, si sale mal. Nadie puede ayudarte...

Hice una pausa. Seguía dudando, aunque la soledad frente al paquidermo sí le había parecido un tanto injusta.

- Y ahora - Terminé, enfatizando el tono - Imagínate que eres la única persona que puede ver al elefante...

Se quedó pensando. No le convencía.

- ¿Es un elefante invisible?
- Hasta que esté terminado, sí...
- Y cuando lo terminas, ¿se lo puedes enseñar a la gente?
- Claro, para que lo vean y lo disfruten...
- ¿Y si les gustan más los cocodrilos?
- Es un riesgo que hay que correr, desde luego...

Otra vez se quedó pensando. Al final, una luz se encendió sobre su cabeza.

- Pues yo creo que es más fácil comprarse un elefante desde el principio, y ya está...



sábado, 5 de mayo de 2012

El beso

Dos días y medio atrapada en un beso.
No es el beso final, ni el beso del triunfo del amor, ni el de la declaración secreta... No es un beso importante para la trama, ni significa gran cosa dentro de la historia; no es un beso entre desconocidos, ni es un beso inoportuno, ni desagradable, ni tópico, ni triste, ni definitivo.
Pero cada uno de ellos piensa lo peor de sí mismos...
Es un beso para decirse que se van a romper, que la pared de cristal se derrumba y más allá no se sobrevive...

Qué difícil es hablar a través de un beso, cuando los lenguajes son distintos, cuando ambos son lo que el otro no sabe.

He cambiado de canción.


jueves, 26 de abril de 2012

Cuento con linterna

Se le oye, a lo lejos, similar al crepitar de una llama. Eriza la piel pero no molesta. Me acerco despacio. Si la noche fuese más cerrada no podría ver nada; tengo suerte de que aún asome una línea roja al final del océano...
Tiene envergadura; me extraña que todavía no se mueva. Las sombras alargadas se han comido los árboles y la alfombra negra se extiende por encima de los montes. Aquí no hay nadie y, dentro de muy poco, tampoco habrá nada.
Empiezo a buscar. Se ha perdido de repente... Creo que tengo miedo, o puede que sólo sea que respiro más deprisa.
Se ha movido detrás de mí.
Está contando los movimientos, imaginando; sabe que estoy pensando en él.
Hace frío; es raro, pero... Sólo tengo ganas de llorar...
Me acerco hacia ningún sitio. La tierra cruje a poca distancia, como una advertencia. El fuego se apagó con un viento súbito y ahora distingo su llamada, una invitación en forma de susurro.
Parecen dientes; sí, son dientes.
Y algo más.
El corazón me golpea tan fuerte que los latidos no me dejan escuchar. Creo que me ha rodeado; no hay salida desde mi posición.
Algo me sujeta por la espalda.
Ha empezado a cortarme la piel, desde la nuca a los riñones, lentamente, hasta dibujar una estrella de cinco puntas. Me duele pero no me muevo; no quiero que se vaya, no ahora...
Las alas se han extendido. Me tumbo, para contemplarle mejor.

Ha despegado por fin.



martes, 24 de abril de 2012

El desalojo


El sol estalla en lo alto del cielo
cayéndoseme alrededor, el mar
hoy no quiere dejarme pensar...
Tu voz constante en mi mente
como la sombra imprecisa de ti;
como la niebla que encierra
la huida de los barcos prohibidos

Te tuve un rato, pero...
Ya no.

La luz luchando con todas las noches
para mostrarme que no estás;
tu olor, escamas de reptiles en el aire
tu ropa, agujas de cactus por el suelo
mil martillos tejiendo mis sienes
contra la mudanza de lo que dejaste

Te tuve un rato, pero...
Ya pasó.



sábado, 21 de abril de 2012

Manga corta, lino, tallas, perchas y analgésicos potentes

Resulta que, al final, por ser sábado, estaba lleno de gente. Los míos me habían dejado tirada con excusas (unas mejores que otras, todo hay que decirlo) y yo me inmolé, al estilo kamikaze, para acompañar a la familia de los niños "repunantes", que diría una tía mía (constato que dicho por ella suena aún más repugnante) hasta el dichoso outlet de las narices. La tienda está situada donde cristo perdió el gorro, o, lo que es lo mismo, en pleno monte. Y aquí en Galicia la gente no es de poner carteles con indicaciones, porque, total, que les den a los idiotas que no conocen la miña terra... En fin.

Llegamos, porque todo el que quiere termina por llegar a donde sea, y nos bajamos del coche después de una conversación más o menos amena (¿por qué me castigas así, Dios mío?) sobre las oportunidades, el empeño y lo difícil que es conseguir lo que uno desea porque es muy difícil en sí, y porque hay mucha gente haciendo lo mismo (repito, oh, Dios mío, ¿por qué yo?)...

Entramos en el lugar... Bien, me digo, me desmarco por este pasillo con disimulo y voy a lo mío. Já; mira que llegas a ser tontaina... ¿Te esperabas que tu buen juicio iba a ser desperdiciado? ¿Es que no tienes manos para sujetar perchas, es que no puedes ayudar, maldita egoísta, no has venido para eso? ¿no ves que los niños te adoran, no ves cómo te pisan, cómo te tiran del bolso, cómo te hacen burla? Me da igual. Me alejo con la excusa de buscar una chaqueta al fondo de la nave, de esas que valen 10 euros, no sea que se me escape la oportunidad... Mier...da. Me han escuchado y vienen tras de mí. A mis espaldas suena la tuba de la apertura de "Tiburón", como un presagio tenebroso... Sospecho que no puedo escapar de mi destino y hoy falleceré bajo un montón de ropa de saldo pateada por dos niños histéricos.


Llega el momento cambiador. Espeluznante. Los niños se escapan medio desnudos por los pasillos de la tienda, gritando y riendo, pintando la ropa que se encuentran por el camino con un osito Lulú de chocolate deshecho entre las manos. La dependienta me mira como si quisiera asesinarme y yo me apresuro a decirle, negando con la cabeza: "No son míos", igual que San Pedro en la noche de autos. Los padres proclaman a los cielos su impotencia y persiguen a los diablos culpándoles por su innata maldad, demostrando su más que evidente incapacidad educativa. En una de estas, el hermano mayor se ha encontrado conmigo y yo, harta de tanta tontería, le he cogido por los brazos y le he llevado con su madre, ejerciendo de poli malo. ¡Ay, cuánto me he emocionado! ¡Qué bonito es ser malo con los malo-malísimos, qué subidón! Tanto me he metido en el papel que he estado a punto de pedirle al padre 5 minutos a solas con el niño pero, por suerte, me he callado a tiempo, que éstos no tienen pinta de ver mucho cine...

200 euros después (y dos faldas para la niña más que horribles, qué puedo decir, yo le hubiese comprado el vestidito amarillo tan mono rebajado a 15 euros, pero a la madre no le gustaba, y es que a todos no nos puede gustar lo mismo, gracias a Dios, qué bueno eres cuando quieres) salimos de la tienda y ellos se están gritando como locos cosas imperdonables. Ella insiste en fumar y yo la acompaño; no a fumar, que no fumo (sólo me faltaba echar humo también por la boca) lo hago más que nada para alejarme del tumulto familiar. Mejor con uno que con tres.

Me explica, entre calada y calada, lo imbécil que es su marido. Le pregunto que por qué se lo lleva de tiendas, que es mejor que lo deje en casa atado con correa. Se ríe y me dice que nunca se había comportado así antes. Yo finjo que me lo creo y le digo que, algunas cosas, es mejor hacerlas sola. Ella asiente. Sigue fumando. Tiene ganas de bronca, lo veo en sus ojos estresados de profesora de secundaria. Los niños salen del coche y se acercan. El mayor le dice a su madre que se ha equivocado y que todo lo que ha comprado le parece una mierda. La pequeña, detrás de su hermano, repite; "sí, es una mierda, lo dice papá". La madre les llama pero ellos ¡oh, sorpresa! no obedecen, así que sigue fumando como si nada. Su marido espera en el coche con las ventanillas bajadas, pensando en el fútbol.

Hoy ha salido el sol. De repente pienso que, muy a pesar mío, nada parece suficiente, nada me mantiene con ganas. Y, así, es imposible construir...

jueves, 19 de abril de 2012

Caí

Suponía que pasaría esto y, de todas formas, he vuelto a caer. Sabía la influencia que determinadas literaturas tienen sobre mi pobre espíritu, pero la tentación es demasiado grande... Ignoro si afrontar que soy una adicta a experimentar determinados bucles psicológicos relacionados con los sentimientos profundos servirá para algo, o sólo soy una estúpida más en el ejército de famélicos insatisfechos que pueblan este mundo; en cualquier caso, no tengo remedio.

Cuando caigo me deprimo tanto que no puedo pensar nada más que en ficción. Mi cabeza se llena de fantasmas y personajes que se mueven y transitan por lugares que mi mente distingue con nitidez, pero que yo misma no consigo ver. Ellos viven su vida, su historia dentro de mi y yo sólo puedo mantenerlos ahí, respirando conmigo, repitiendo conmigo mientras a mi alrededor el mundo real ha desaparecido. Soy capaz de continuar así durante días, semanas o, como en aquella otra época de la que apenas tengo recuerdos, años eternos.


Dicen que la tristeza moderna o melancolía es la depresión, pero yo prefiero llamarlo... Caída.

Y reconozco cuando estoy en el suelo.

Era una historia antigua, ocurrida diez años antes. Empezó algo perfecto y puro que se destruyó por un malentendido. Y ellos acarrean el sufrimiento de las consecuencias, el dolor, el corazón roto hasta que el nuevo encuentro abre las heridas a base de batallas y nuevas lágrimas. Se parecen tanto todas estas historias estúpidas... Pero las amo.

Joder, si hasta las escribo... Demonios.



Sekaiichi hatsukoi.


http://www.youtube.com/watch?v=5GWQTpHQB24&feature=relmfu

martes, 17 de abril de 2012

Últimamente...

No hago otra cosa que pensar en mi novela. Mientras, como, bebo y duermo, todo en pequeñas dosis, entre otras tareas futiles.
También pienso en las novelas de otros. Bueno, mejor dicho, pienso en cómo me hicieron sentir las novelas de otros. Lo mejor de una novela es poder alimentarse de ella; no sólo mientras la disfrutas sino después, en la ducha, en el coche, a través de un sueño.


La tele está encendida. La cortina naranja me aburre. La mesa no brilla por algunas partes. Oigo a los vecinos. Ni siquiera sé si me gusta este pueblo. Tengo la sensación de que no soy de ningún sitio. Y tener sensaciones tan drásticas luego se pagan muy caro, porque la gente las nota.

He vuelto a echar un vistazo al anime japonés. Lo busco de manera inconsciente porque me hace sentir, aunque esta vez intentaré no engancharme demasiado no sea que termine dando tumbos, como en la última incursión a la desesperada... Sus bases son burdas, pero efectivas. Su contenido es rebuscado, pero veraz. Me asusta un poco identificarme con personajes inexistentes creados por personas que viven al otro lado del planeta... ¿Distintos?
¿Quién se atrevió, algún ignorante?

Adolescente. Va a tener razón quien me dijo que lo seré siempre. Bueno. Hay cosas peores...

viernes, 13 de abril de 2012

Yo quiero un botón en mi casa...

miércoles, 11 de abril de 2012

domingo, 25 de marzo de 2012

He cambiado de canción...

... Pero mantengo el estilo.

Por eso no voy a cambiar lo que tengo escrito. Es esa parte mía que no encaja en otros moldes...
Así que, para equilibrar la balanza de lo desquiciante, voy a añadir realidad. Un segundo narrador. Alguien que rompa la magia de los sueños y la locura. Alguien sucio, sin humor, sin ilusión, sin esperanza. Alguien que cuente la triste verdad de las cosas.

Me gusta el contraste.

Lo malo es que he tenido que volver a empezar. Las cinco de la mañana se están volviendo habituales.

Fdo: La mujer que cualquier día se volverá fotofóbica...

miércoles, 21 de marzo de 2012

Una semana escuchando la misma canción...

... Y van 95 páginas de 98 en total.

Es el último borrador, lo juro.

Tan estúpida, tan increíblemente cabezota como para creer que la primera persona es insuficiente... Necesito otro narrador. Demasiada escasa la perspectiva. He aprendido a querer a los otros. Los quiero tanto...

Quiero sus lágrimas y sus sonrisas. Quiero contarlas.

Así que será el penúltimo borrador.

Besos desde la silla de Ikea.

Fdo: La mujer que ya nunca sale a la calle.

miércoles, 22 de febrero de 2012

En el pozo

-¿Crees que va a llover?
-Puede...
-Es que no sé si llevarme el paraguas...
-¿Vas a salir?
-Creo que sí...
-Acuérdate de hacer la compra...
-Siempre me acuerdo...
-Pues muy bien...

-Hace mucho que no hacemos nada juntos...
-¿Vas a empezar otra vez?...
-¿Estás enfadado?
-Estoy cansado...
-¿Y eso te impide escuchar?
-No estoy de humor para reclamos...
-No son reclamos, es la verdad... Ya no hacemos nada juntos.
-Vivimos juntos... ¿Te parece poco?
-Más bien, cohabitamos en el mismo piso... No salimos, no hablamos... Si ni siquiera vemos la tele al mismo tiempo...
-¿Y qué quieres? Es lo que hay...
-Pues quiero otra cosa...
-La eterna conversación... No podemos cambiar nuestra forma de vivir hasta que no encuentres un trabajo de verdad...
-Entonces, ¿la culpa es mía?
-No he dicho eso...
-Ha sonado a eso...
-Sabes que ahora no hay muchas opciones...
-Pero a nosotros, como pareja, no debería afectarnos...
-¿Y cómo quieres que no nos afecte? Los horarios marcan la vida que llevamos...
-Puede, pero no debería ser así...
-Pero es así...
-Resulta más cómodo para ti, ¿no?
-¿Ahora soy el malo? Tardabas en echarme los perros...
-Es que parece que dependemos del puto dinero...
-Será porque sí dependemos del puto dinero...
-No; no acepto eso. El dinero es para sobrevivir, pero no dependemos de él...
-¿Ah, no? ¿Cuántas horas crees que duermo? ¿Te has puesto a pensar en eso alguna vez?
-Sé que descansas poco... Yo también, pero...
-Tú puedes elegir. No duermes porque no quieres...
-Eso es injusto....
-Si una noche estás cansada, puedes dormir; eres libre. Yo no...
-¿Y dices que no me estás echando la culpa?
-Me parece bien que quieras hacer tu vida, pero no a costa de todo y de todos...
-¿A costa de tí?
-Ahora necesito que me ayudes... Y lo único que haces es pedirme cosas que no puedo darte...
-Así que no te parece bien lo que hago... No me sorprende. Nunca has confiado en mí. Crees que no puedo hacer nada que merezca la pena...
-No sigas... El chantaje emocional no se te da bien. No te va hacerte la víctima...
-Tienes razón... Me callaré para que puedas despreciarme cuando te de la gana...
-¿Por qué siempre acabamos hablando de ti? ¿Por qué tú puedes decirme todo lo que piensas y yo no puedo pedirte nada? ¿Por qué nunca soy yo la persona que necesita cosas?
-Porque tú eres el que decide... Siempre decides tú.
-Lo que faltaba... ¿Yo soy el que decide?
-¿No lo sabes? Decides todo y acerca de todo... Si lo hacemos, o no... Si me hablas o me ignoras... Si vas a estar un rato conmigo o vas a desaparecer... Hay días que, con sólo mirarte, ya sé que no vas a acercarte a menos de un metro de mí...
-No puedo vivir pendiente de lo que quieres... No sé hacer eso. Y tampoco quiero hacerlo...
-Suena cruel... ¿También es por el trabajo?
-No tienes ni idea de la cantidad de mierda que tengo que soportar cada día...
-Vale; aquello es un asco, pero no es todo tu mundo...
-Sí que lo es... ¿Sabes las horas que paso allí? Me saldría más a cuenta llevarme un colchón y no volver a casa...
-Vaya, otra de tus grandes soluciones...
-Es la verdad... ¿Quieres que te mienta?
-Quiero que seas amable conmigo... Que parezca que te importan mis sentimientos.
-¿Y qué pasa conmigo, quién me entiende a mí? ¿No ves que estoy al límite, que ya no puedo más?
-¿Y qué pasa con nosotros?
-Habrá que esperar... En unos años estaremos mejor. En unos años...
-¿Y si no estamos mejor? ¿Y si nunca tengo nada? ¿Y si nunca somos felices?
-Por lo menos habrá que intentarlo...
-Sí... El problema es que hay que intentar demasiadas cosas...
-No se puede tener todo... Y yo necesito parar. Esto me está matando lentamente.
-No, eso no. No quiero que te mueras...
-Ni yo...
-Pues lo dejo, no voy a seguir...
-No seas trágica... No puedes dejar de ser lo que eres por otra persona. No debes...
-De hecho, sí que es una tragedia... Seguramente porque tú nunca me has querido de verdad.
-¿Por qué dices eso?
-Porque siempre lo he sospechado...
-Ya empiezas otra vez...
-¿Por qué te enamoraste de mí? ¿Eres capaz de contestar a eso?
-Yo no hablo de esos temas y lo sabes...
-¿Por qué?
-Por qué no...
-Porque no sabes qué decir...
-Porque no quiero.
-Eres tan desagradable... Lo único que te pido es que me hagas un poco de caso...
-Y yo te pido que no me pidas cosas que no voy a darte...
-¿No vas a hacerme feliz?
-Gracias, muchas gracias. Si eres tan desgraciada deberías darme la patada de una vez...
-¿Lo ves? Ni siquiera lo intentas...
-¿Qué?
-Prestarme atención... Ser cariñoso...
-¿No entiendes que estoy al borde del abismo, que no tengo ganas de juegos?
-¿Es porque estás cansado?
-Sí...
-Cansado... ¿De ésto?
-He perdido algo que no sé qué es... Ya no somos como antes.
-¿Como antes? ¿Tanto crees que hemos cambiado?
-Sólo sé que vamos demasiado despacio hacia donde sea que vayamos...
-Claro... Esto es una prisión. Eso es lo que soy para ti...
-Te lo advertí... Cuando nos conocimos te dije que no soy fácil.
-Y te creí. Pero no es verdad...
-Será que también soy un mentiroso...
-Eres un soñador, aún mucho peor que yo. Un iluso arrogante y orgulloso...
-Yo no sueño nunca, ya lo sabes...
-Eso dices... Pero te decepciona que yo no sea la princesa del cuento...
-¿No lo eres?
-No la que hubieses querido... No puedo hacerte feliz si no quieres serlo...
-Buena respuesta; me la apunto para la próxima...
-Yo nunca esperé el cuento de hadas...
-Y yo nunca te lo prometí...
-Pero te consuela el futuro...
-Porque el futuro es lo único que nos queda...
-Ah, sí... El camino a la perfección. Lo buscaré cuando salgamos de este pozo del infierno...
-¿Qué coño quieres de mi? Yo no soy como tú...
-¿Y eso qué quiere decir?
-A mí no me gusta hablar de todo lo que nos pasa... Yo no soy así.
-Ya lo sé... Siempre me gustó que fueses distinto...
-No puedo decirte lo que quieres oír... Ni puedo ser como quieres que sea...
-Lo único que quiero es... Que me mires como antes...
-No estoy acostumbrado...
-Ya lo sé...
-No tiene nada que ver contigo...
-Ya lo sé...
-Me cuesta demostrar afecto... Me hace sentir incómodo.
-Ya lo sé...
-Entonces también sabes lo que puedo y no puedo darte...
-Pero quiero saberlo... De la forma que sea, no me importa...
-¿Qué?
-Que me quieres...
-Ya lo sabes...
-Necesito que me lo recuerdes...
-Ya... Tengo que irme.
-Espera... ¿No vas a desayunar?
-No, se me ha hecho tarde... Te veo luego.
-Llévate un paraguas...

Él se marcha.
Ella se queda llorando. Se aproxima a la ventana y ve como él cruza la calle.
Lo sigue con la mirada hasta que él saca un rotulador del abrigo y se acerca a la pared de enfrente. Escribe algo. Cuando acaba, dice adiós con un gesto y desaparece.
Ella sale corriendo, baja las escaleras apresuradamente y cruza la calle bajo la lluvia hasta llegar a la pared donde él ha dejado su mensaje.
Es un corazón.
Dentro, se lee:
“Si vamos a vivir juntos en un pozo, al menos no te olvides los condones”

Ella arrastra la mano sobre el dibujo y sonríe.

jueves, 16 de febrero de 2012

Sacar algo bueno...

- De eso se trata - Me sermonearon - De sacar lo positivo... Utilizaremos la música.

Debí poner cara de dolor de estómago. No me gusta que sean condescendientes conmigo. Tampoco que me hagan sentir como una bruja, aunque de hecho lo sea un poco (pero sólo un poco). Los optimistas son gente de lo más grosera.

- Lo harás bien - Asintieron - Con un pequeño esfuerzo...
- Lo sé - Aproveché - Es un don que tengo...
- ¿Y una rareza?
- Bueno - Me hice de rogar - Lo puedo intentar...
- Que no tenga demasiados años - Se quejaron.
- Hombre; es que lo raro, si viejo, dos veces raro... - Les solté frunciendo el ceño sin pestañear.

Se quedaron pensando si realmente les hablaba en serio. Deben confundirme con una persona normal.

- Algo sentimental - Desafiaron - Pero de este siglo, por favor.
- ¿Qué significa "sentimental"? - Pregunté, con deliberada cara de ignorante.
- Que estimule los sentidos - Respondieron, de hecho insistieron como si nunca dijesen tonterias - Que emocione...
- Ah, ya - Me rendí - Comprendo... Os referís a las sensaciones del alma....

Creo que los asusté. Se lo merecían, de todos modos.

- Vale... Elige una voz. ¿Con quien te cambiarías la voz?

Me acabé las aceitunas y sonreí.

sábado, 11 de febrero de 2012

El nombre de la asignatura

Los niños van al colegio para aprender a conocer el mundo. Se les ofrece diversos instrumentos, como la expresión y el conocimiento del entorno, la belleza y los lenguajes científicos. Se les dota de independencia de pensamiento o, al menos, se pretende que la adquieran. El objetivo final es la formación completa como personas, una preparación que abarca muchos y variados aspectos del ser humano.

Pero nadie les enseña a comprender la muerte, ni su significado. La muerte es un tema tabú al que no nos acercamos salvo para acompañar a terceros. Un suceso azarístico, casual, inherente a cada uno de nosotros e inevitable; un suceso grave e importante, físicamente definitivo e irreversible, que lentamente va integrándose en nuestros pensamientos y conciencia para convertirse en un extraño secreto.

Nadie habla con los demás del miedo a la muerte. Y sería bueno desarrollar una estrategia de afrontamiento y dejar que otros la conociesen, la ensayasen y la llevasen a cabo. Sería estupendo estar preparado para poder convertirlo en opción dependiendo de nuestra perspectiva. Sería inteligente que supiésemos mirar la muerte como una asignatura por superar.

Me hubiese gustado tener un profesor de la muerte. Le hubiese hecho muchas preguntas; aún hoy seguiría preguntando.

Hasta entonces (como todos) seguiré inventando respuestas.

martes, 7 de febrero de 2012

La fila de hormigas............

Me dijeron, escuché, que el ataud donde metieron al abuelo no es una caja de muertos... Dijeron que era un ascensor para subir al cielo.
Los ojos del niño que había junto a mí brillaron como teas. En un solo segundo se había imaginado el viaje que hacía el viejo a través de las estrellas.
A su lado yo era la estaca que lo sujetaba, rebosante de absurdas y tristes verdades. Llena de repugnantes certezas. Creo, me inventé que llorábamos también por eso.

Pudimos tenerlo todo.



miércoles, 11 de enero de 2012

Encender la tele

Los nuevos años y las nuevas opiniones, las nuevas caras, los nuevos razonamientos. De repente aquella estúpida nos parece una sensual serpiente que no tuvo opciones y el imbécil sabe modificar su sentido de la valentia y la compasión. De repente la vida es diferente. De repente, la vida.

"Funny games" es un ejercicio mentiroso, con un artificioso diseño cinematográfico de la naturaleza humana. Cuando termina la película sabes que nunca habría ocurrido así. Sabes que el hilo se rompe, sabes que la corrección humana no se sostiene con una simple estética de tensión. Sabes (todo el mundo lo sabe) que termina saliendo el animal, ese que mueve camiones, se come su propia extremidad o se la amputa y luego se pelea en el suelo, como los perros, hasta morir o matar.


"La sombra de nadie" es un magnético cuento de fantasmas, pero en realidad me quedé por ella. Asombroso. Me gustó su manera de retocarse el flequillo hacia un lado y el mal carácter que se gastaba con su asistente, o lo que fuera aquella otra pobre advenediza. No era especialmente guapa, ni especialmente atractiva, ni especialmente nada... Tal vez fue su ligero acento, o su falso aspecto de resignada, o su rostro de mujer común disfrazando dragones internos, brillando en sus pupilas tres segundos después... ¿Puede hacer eso un actor o una actriz? ¿Alguien más se ha dado cuenta?


"Gilda" juega con ventaja, desde siempre, desde antes de empezar la película. A Gilda no le hace falta ser una mujer especial porque su fantástica fisonomía mantiene hipnotizado al espectador, esté o no ella presente. Inquietante Ford, asumiendo la postura del impenetrable. La sensación del eterno encuentro supera al dolor porque resultan más mágicos juntos; la impresión es que nunca dejan de estarlo y, sin embargo, echo de menos algunas palabras de amor...
Al menos, antes de marcharse del bar...
Qué injustos.