domingo, 20 de marzo de 2011

Parados, fallados, dormidos



Maldición.

El entorno está cambiando a demasiada velocidad... Un tsunami resquebraja el mundo al otro lado mientras aquí da comienzo mi propio terremoto.

Ha salido el sol pero cada día oscurece un poco más la claridad del camino.

Si el momento de incertidumbre nos entusiasma... ¿Por qué amarga su sabor al cabo de un rato?

¿Podremos salir de ésto, podremos?

Lo juro... Juro que usaré esta tragedia para rescatar lo mejor de mis entrañas, para empujar al destino dormido.

Si nadie me quiere es porque no lo intento de verdad. Si no aprendo es porque soy cobarde. Si no me muevo es porque necesito llorar... ¿Podremos salir de ésto, podremos?

Siento la fuerza para mover montañas dentro de mí, siento el Olimpo de los dioses correteando entre mis dedos. ¿Sabes que siempre supe que era capaz de cualquier cosa?

¿Sabes que sigo siendo capaz, pero nadie me ha enseñado cómo?

¿Podremos?

Salta conmigo... Quiero gritar un buen rato en medio del monte, quiero bailar alrededor de la hoguera, quiero una fiesta de mentira y jugar a ser de verdad. Saltemos... ¿Podremos?



¿Sabes por qué ella se tiró de cabeza contra el suelo?

Porque puede...

domingo, 13 de marzo de 2011

Entretenerse y entredejarse, como siempre

El acto de suicidarse... Albricias, si tengo que leer. Me olvidé de compensar lo que pretendo con lo que hago, y así me pasa... Aquellas palabras de hoy, las que condensan el rumbo del día, son balas de metralleta en mi memoria nocturna.

"Triunfan los que lo hacen, no los que lo piensan"

Y es que las señales nos llegan desde todas partes. Y los monstruos forman parte de esa perspectiva que nos susurra lo terrible del camino. Sin riesgo, no hay recompensa. Sin miedo no existe el valor. Sin deseo... ¿Existe alguna cosa sin deseo?

Me preguntas tantas cosas sin siquiera abrir la boca... Cuando mueras me matarás de incomprensión. Mi cabeza se derramará sobre la arena tratando de reconstruir esos pedazos que significas poco a poco, segundo a segundo, respiración tras aliento.

El exceso de tolerancia se vuelve propiamente intolerante... Es lo que predicas sin decirlo. Pero, por favor, déjame perderme, déjame divagar, deja que siga siendo un poco estúpida; lo mismo da. Quiero saber que sólo yo encuentro respuestas diferentes, aunque sea mentira. Que sólo yo imagino a mis protagonistas. Que sólo yo conozco la otra imagen del espejo. ¿Está el mundo en mis pensamientos o alguien está soñando conmigo hasta que se canse?

¿Existes porque te conozco, o te conozco porque existes mejor que nadie?


¿El silencio de los demás es el negativo de la información que nos falta? Y, si es así, ¿somos las piezas o somos los huecos?
¿Quién dirige?
¿Alguien mira, hay alguien vigilando?

¿Me está mirando a mí? ¿Será grosería o ironía bajar ahora las persianas?

No me entiendes... Y no me importa.

Es la manera que tengo de hacerme inexpugnable.