jueves, 19 de abril de 2012

Caí

Suponía que pasaría esto y, de todas formas, he vuelto a caer. Sabía la influencia que determinadas literaturas tienen sobre mi pobre espíritu, pero la tentación es demasiado grande... Ignoro si afrontar que soy una adicta a experimentar determinados bucles psicológicos relacionados con los sentimientos profundos servirá para algo, o sólo soy una estúpida más en el ejército de famélicos insatisfechos que pueblan este mundo; en cualquier caso, no tengo remedio.

Cuando caigo me deprimo tanto que no puedo pensar nada más que en ficción. Mi cabeza se llena de fantasmas y personajes que se mueven y transitan por lugares que mi mente distingue con nitidez, pero que yo misma no consigo ver. Ellos viven su vida, su historia dentro de mi y yo sólo puedo mantenerlos ahí, respirando conmigo, repitiendo conmigo mientras a mi alrededor el mundo real ha desaparecido. Soy capaz de continuar así durante días, semanas o, como en aquella otra época de la que apenas tengo recuerdos, años eternos.


Dicen que la tristeza moderna o melancolía es la depresión, pero yo prefiero llamarlo... Caída.

Y reconozco cuando estoy en el suelo.

Era una historia antigua, ocurrida diez años antes. Empezó algo perfecto y puro que se destruyó por un malentendido. Y ellos acarrean el sufrimiento de las consecuencias, el dolor, el corazón roto hasta que el nuevo encuentro abre las heridas a base de batallas y nuevas lágrimas. Se parecen tanto todas estas historias estúpidas... Pero las amo.

Joder, si hasta las escribo... Demonios.



Sekaiichi hatsukoi.


http://www.youtube.com/watch?v=5GWQTpHQB24&feature=relmfu

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