sábado, 13 de noviembre de 2010

Pero si soy yo... ¿No?

Como esos animales que deambulan de un lado a otro de la jaula, marcando los mismos pasos cada vez, mirando hacia ningun lugar, poseidos por la expresión continuada de la desesperación, o la locura, o ambas, por escapar de su prisión... ¿Cuántos propósitos deshechamos al día, cuántos retratos mentales, cuántas repeticiones mejoradas de la realidad? ¿Y por qué?

Si tuvieses que elegir... ¿Te quedarías con la vida de dentro o con la de fuera?



Evidentemente, con la de fuera. Pero no tiene nada que ver con nuestras preferencias, tiene que ver con los seres que amamos. Las personas nos regalamos a los demás porque forma parte de nuestra naturaleza, de nuestra responsabilidad, de nuestra felicidad. Pero la vida de dentro... ¿No es la nuestra, la pura, la de verdad? ¿No es lo auténtico en nosotros lo que soñamos en silencio, lo que pensamos solos y anhelamos en secreto, lo que inventamos, dialogamos, recordamos, perdemos, ganamos, tememos y olvidamos? ¿Lo que sentimos? ¿No somos, hacia dentro, lo único que tenemos?

Sobre la almohada trato de reconstruir las últimas horas. He sido fiel, la mayor parte, a mis deberes, a mis amores. La otra parte ha cerrado los ojos y las puertas, se ha atrincherado y se ha citado con la última imagen de su imaginación, esa que desapareció interrumpidamente. Es grato jugar a las películas y amalgamar ideas inconexas. Tratar de dirigir el caballo desbocado y ciego junto al borde del precipicio. Y sólamente se vuelve vulgar cuando lo cuentas; es entonces cuando sabes que nuestro interior es un laboratorio de embriones, una fábrica de errores, un caldero de trituración que ha de permanecer necesariamente precintado y que sólo necesita un punto de fuga, un respiradero, un extractor para los depósitos transformados. Por eso la boca es relativamente pequeña comparada con el resto del cuerpo. Para cuidar de los rincones oscuros, los caminos laberínticos que definen un mundo irregular y fantástico, ese universo que llevamos en nuestras cabezas.

Me quedo en la tierra, claro. No abandono mi cargante humanidad. Pero qué jodidamente bello, tentador y emocionante sería continuar soñando...

6 comentarios:

  1. Sería insoportable solo una. Hay lugar y tiempo para las dos. Tan diferentes son papá y mamá y, aunque no sea del todo cierto, nos sale la respuesta: "a los dos igual".

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  2. Si la 'vida de fuera' nos ofreciera tantas satisfacciones como deseamos no miraríamos adentro. Por eso "es grato jugar a las películas y amalgamar ideas inconexas"... Cultivamos nuestro pequeño paraíso o refugio nacido de conexiones cerebrales y nos escondemos en ellos.

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  4. Sé que en algún lugar del mundo, existe una rosa única, distinta de todas las demás rosas, una cuya delicadeza, candor e inocencia, harán despertar de su letargo a mi alma y mi corazón.(El Principito)

    ¿Quién no comparte el sueño con la realidad?

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  5. Sería insoportable solo una... Si nos ofreciera tantas satisfacciones... Comparte el sueño con la realidad... Qué jodidamente bello.

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