jueves, 18 de noviembre de 2010

Go

Hablábamos de finales. De cómo todo termina. Y la forma en que ésto, de algún modo, se convierte en lo más importante, a pesar de que sabemos con certeza que vivimos en el camino y que la llegada contiene, siempre, algo de muerte.
Hablábamos de los recursos, los regalos, los premios, las invitaciones y los préstamos. Las zancadillas y las bofetadas. Las trampas y las mentiras. Y los enemigos... ¿Importan? ¿Lo suficiente? ¿Entonces, formamos parte de la jungla?
Yo creo que sí importa cómo hacemos las cosas. Expresar una idea así o asá. Decirlo con estas palabras o con aquellas. Importa demasiado. Últimamente hemos hablado mucho de los finales y no hemos llegado a ninguna conclusión decente. Divagaciones y poco más. Me gustaría haber avanzado en este punto crítico pero aún queda mucho por averiguar, por descubrir. Sospecho que tendremos que esperar porque debemos envejecer un poco más. Los años nos harán los regalos que faltan, nos premiarán con respuestas, nos invitarán a ser más hondos, nos prestarán valor a raudales. Los años conocerán las zancadillas y olerán las trampas. Los años vencerán a los enemigos... ¿Importará entonces? En absoluto.

Empiezo a preguntarme por los principios. Un buen comienzo tal vez sea suficiente para lo que sea, para cualquier cosa. Empezar bien... ¿Qué es eso? Pues te diré que yo, si fuese una película, escogería empezar así. Y empezaría eternamente... ¿Quién quiere ver el final, a quién le importa? ¿No es una forma de vivir para siempre? Empezar, empezar, empezar una y mil veces. No hay otra manera de hacerlo más que empezar.


Después de releer la entrada, me parece una cuestión interesante... ¿Si fueseis una película, cómo empezaríais?

6 comentarios:

  1. El principio marca el camino y no hay final cuando el recorrido nos marca lo suficiente como para recordarlo siempre.

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  2. Pues si melancólico: Manhattan; si inquietante: La naranja mecánica; si malo, Uno de los nuestros, si...
    Me gusta este juego, pensaré más.

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  3. Los años enseñan que no hay respuestas, solo hechos.

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  4. En las películas el comienzo marca el tono y el género. Por desgracia, en la vida real, no siempre es así.

    Un comienzo eterno... eso lo tenemos todos los días si comparamos nuestros días con los Bill Murray en 'Atrapado en el tiempo'.

    ¿Cómo empezaría si fuese una película? Cantando bajo la lluvia...

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  5. Puedo decir, con una extraña certeza, que las películas que nos representan dicen mucho más de nosotros de lo que parece. Héroes al rescate, intelectuales tímidos, afectos perpétuos, confianza de hierro bajo la borrasca...

    Vale, no ejerceré de psicóloga. Cuestión de asignaturas, of course.

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