lunes, 23 de agosto de 2010

Vibración

La caída de los dioses y nos quedamos mirando, como si nada, como si fuese un acto involuntario, como si fuésemos otros o esperásemos bajo la coraza, como si las balas fuesen de fogueo, como si tocase nuestro turno, como si no hubiese más remedio, como si la conjunción planetaria lo hubiese planeado, como si compenetrásemos hasta los estallidos, como si no nos conociésemos de nada, como si nos conociésemos demasiado...

El dragón latente asoma, escupe fuego, vuela a escondidas, se quema las entrañas, se pregunta porqué cuando nadie puede responder a nada, se lamenta, se queja, se espanta, se despeña por los riscos y levanta el vuelo al comprender que todo es en vano... Que el dragón es él.

Propagación de una perturbación de alguna propiedad de un medio, tus medios y los míos, ondas desincronizadas, tal vez, seguramente.

Pero el mar no deja de acariciar la arena.

2 comentarios:

  1. Vidas paralelas y contiguas que intersectan caprichosas
    Caprichosos que quieren ser dragón
    Dragón que se apaga con su fuego
    Fuego que quema las hojas, templa las raíces
    Raíces buenas, abono limpio y ansioso
    Ansiedad de vidas

    ResponderEliminar
  2. Toda la vida aprendiendo a perder partidas, y aún no me acostumbro... Gracias ininterrumpidas.

    Y también por el regalo.

    ResponderEliminar