O sí.
Me comunican que han comprado la marca que da título al blog al igual que mi seudónimo y, a partir de ahora y mediante una cesión temporal con marcados condicionantes comerciales, puedo continuar utilizándolos siempre y cuando revele las fuentes de mis códigos. He manifestado abiertamente a los nuevos y generosos dueños de mi instrumento de expresión que desconozco a qué códigos se refieren pero insisten con vehemencia, tanto que he empezado a asustarme. Un abogado me ha confirmado que, en efecto, la operación de registro y solicitud se ha realizado a través del mismo bufete de relaciones internacionales ubicado en unas islas del Pacífico con nombre de vacaciones, lo cual me ha producido un tremendo estupor a la par que dolor de cabeza. Me siento superada por los acontecimientos.
Desde nuevos y desconocidos orígenes han comenzado a reclamar insistentemente los consabidos códigos. Las amenazas se suceden y aunque en inglés parecen menos terribles (bendita ignorancia) soy capaz de comprender que la situación se escapa de mi control. El abogado que me mantenía informada ha desaparecido y los otros dos a quien conté mi caso no responden a mis llamadas. Estoy intentando considerar otras opciones pero, a día de hoy, aún no quiero llamar a la policía; prefiero continuar creyendo que todo se debe a una estúpida y macabra broma.

He acudido a la policía pero mis esfuerzos por demostrar la persecución y acoso al que estoy siendo sometida han resultado inútiles. Para mi más absoluto asombro acabo de desaparecer de los registros del banco. Han asaltado mi casa y robado mi bolso así que carezco de cualquier documento que acredite mi identidad. Unos hombres que parecen de la CIA o de cualquier organización con gente armada y anónima se han presentado en mi casa y me han exigido el pago de unas deudas adquiridas al cometer un delito de apropiación indebida de marca comercial y estafa. Insisten de nuevo en conocer los códigos. Uno de ellos, el menos obcecado, me habla del sistema para el lenguaje de transformación numérica. No entiendo nada, y eso que utiliza un castellano bastante correcto. Empieza a señalar una serie de líneas simétricas dibujadas sobre la impresión de mis escritos mientras me vigila con extraña suspicacia. Sigo sin comprender. No quieren marcharse.
Tres días después he logrado vislumbrar una parte del enigma. Parece que existe un lenguaje invisible en cada entrada del blog que se traduce en una serie de números repetidos, los cuales, a su vez, conforman un lenguaje estadístico que coincide con la curva matemática de las inversiones en bolsa. Todo monstruosamente raro. Yo no sé nada de la bolsa pero ellos no se cansan nunca de preguntarme toda clase de cosas acerca del funcionamiento de los mercados. Hace mucho tiempo que no como nada, creo que no me encuentro bien.

He despertado en una habitación que no conozco. Un señor muy sonriente me observa con paciencia hasta que logro despejarme. Me pide que me siente frente a él. Hace calor. Escribe en un papel y luego me lo entrega; pone "¿Cuál es la dirección?"
Le miro, no sé qué decir. Espera y luego saca un billete de un dólar. Vuelve a escribir y me lo entrega; "¿Dónde?"
Espero. De repente empiezo a recordar algo que una vez me dijo alguien: "Casi todo el mundo es más idiota que tú así que descuida, con todos los que somos, no creo que te de tiempo a cruzarte con alguien que no lo sea..."
"Ellos", respondí. Él abrió los ojos con ansiedad. Muchos otros escuchaban, nos espiaban.
"¿Quiénes son ellos?", se atrevió.
"Los que me trajeron aquí", aseguré.

Hoy es el último día. He rehecho un código que no sé y lo he cifrado a través de un último post donde también incluyo la conexión con otras muchas brújulas financieras, como agudamente me han bautizado desde una inexistente cúpula londinense de relaciones corporativas y banca. No insistan, no revelaré más datos acerca de la curva imprevisible de inversiones en activos. No cuenten con mi confesión.
Aunque aportaré una última pista final; la riqueza se dirige hacia el mismo lugar que el entusiasmo por la vida. Son una pareja estable con un precioso plan de futuro.
Fin ;)):